En solo unos años los drones han pasado del entorno militar a extender sus cualidades a múltiples ámbitos de nuestra vida diaria.
Como sucedió con Internet, los drones alzaron al vuelo en el entorno militar y ahí se han quedado durante mucho tiempo. Pero la tecnología casi siempre encuentra, de una manera u otra, el camino para instalarse en lo más cotidiano. La prueba es que, en solo unos años, estos vehículos aéreos no tripulados se han popularizado y ahora podemos encontrarlos firmemente aterrizados en casi cualquier disciplina: cine, seguridad, agricultura, ingeniería, gestión de incendios, salvavidas, publicidad… El año pasado, sin ir más lejos, pudimos presenciar algunos de los momentos más emocionantes de los Juegos Olímpicos de Río 2016 desde el aire. Pero hay mucho más. Veamos algunos ejemplos de usos de drones que ya son una realidad:
PARA ANUNCIAR EL MOMENTO DE LA COSECHA
La agricultura va dando pasos de gigante en lo que se refiere a innovación. Cada vez son más los tipos de sensores que aparecen para mejorar el rendimiento de una de las actividades más antiguas desarrolladas por el hombre. El caso de un gran grupo bodeguero/viticultor español es un buen ejemplo, ya que utiliza drones y sensores para explorar los viñedos y recoger la cosecha según la información que le ofrece toda esa tecnología.
El sistema es bien sofisticado y preciso. Gracias a las imágenes de campo que reúnen los drones desde el cielo, y a los datos de los sensores sobre el vigor de la viña, la actividad clorofílica o su estrés hídrico, los responsables viticultores pueden decidir cuál es el momento más propicio para la cosecha.
PARA TRANSPORTAR MEDICAMENTOS
Los beneficios de esta tecnología no podían tardar en llegar a la ayuda humanitaria. En Ruanda ya se han empezado a ejecutar los primeros vuelos masivos de drones para transportar medicamentos o bolsas de sangre a instalaciones médicas de difícil acceso. Los drones son lanzados mediante una especie de ballesta, transportan el paquete en vuelo no tripulado hasta el lugar de destino y, una vez allí, lo dejan caer equipado con un paracaídas para evitar daños. Después vuelven al lugar desde el que han sido lanzados. Soportan una carga de 1’5 Kg y por ahora tienen un rango de hasta 150 kilómetros de distancia.
PARA OPTIMIZAR TRABAJOS DE CONSTRUCCIÓN
El empleo de drones en obras de ingeniería e infraestructura también está cobrando cada vez más importancia. Por ejemplo, podría ser esencial para el levantamiento topográfico en el diseño de trazados de nuevas carreteras. Gracias a las imágenes en 3D que recogen se puede obtener cartografía vectorial de las zonas supervisadas por los drones con una resolución de hasta 4 cm y cubrir en una hora entre 60 y 70 HahA frente a las 2 o 3 Ha al día que se peinaban tradicionalmente, seguimiento de obras, inspección de estructuras, entre muchos otros.
PARA AYUDAR EN EL RESCATE DE PERSONAS
Los drones tienen una gran ventaja frente a los helicópteros de rescate: son capaces de volar a poca altura. Eso, unido a que pueden llevar integrada una cámara de gran calidad, los ha convertido en los aliados perfectos para realizar labores de rescate de personas perdidas en bosques o montañas. En España tenemos LifeSeeker, un sistema instalado en drones que es capaz de conectar con los móviles que se quedaron sin señal y detectar su posición exacta. Una manera más rápida de localizar desaparecidos y de acelerar los rescates.
PARA INSPECCIONAR ALCANTARILLAS
Pero los drones no solo ayudan en el aire, también lo hacen en el suelo, o mejor dicho, bajo él, porque son capaces de llegar donde los vehículos terrestres no lo hacen. Sobre esta idea se asienta ARSI, un proyecto europeo que pretende utilizar las bondades de los drones para inspeccionar el alcantarillado. Se trata de un vehículo aéreo multirrotor con sensores de navegación que podría reducir los riesgos laborales de esta actividad y, además, recortar los gastos de mantenimiento.
Fuente: I’MNOVATION